martes, 18 de enero de 2011

El Mito de Pandora

1- EL MITO DE PANDORA.

Pandora, haciendo oídos sordos a las palabras de Hermes, se dio la vuelta y continuó con sus quehaceres cotidianos en la hacienda de Epimeteo. Pero las Cárites Horas habían hecho su corazón inconstante de flores del Argos, cuya curiosidad no tiene límites y por ello danzan, desplazándose por las enredaderas, y cayó en la tentación.

Tomándola con una mano, frenó por un instante su gesto, pensando en todos los bienes que, según Zeus, estaban recogidos en la pequeña caja. Recordando aquella historia por la que en Mecona, Prometeo engañara por segunda vez a los Olímpicos Dioses, favoreciendo a la casta de los Hombres.

Pero ni aquel atisbo de duda frenó, al fin, su curioso gesto, y presionó suavemente la parte superior de la caja. Todos los bienes, regalos de los dioses, se desparramaron de la caja, huyendo raudos del mundo de los Mortales hace el Monte Idus, volviendo al Lar de las Gracias, donde los custodiaban para los Inmortales, justo al lado del locus en que las Parcas tejían y cortaban sus árgeos hilos.

Allá se fugaba la Paz. Más allá volaba la sombra áurea de la Prosperidad junto a un niño montado en Pegaso, que Pandora reconoció como  la fértil Descendencia. Todos huyeron prestos del lado de los Hombres, dejándolos a solas en el perecedero mundo de los mortales.

Pandora, aterrada, cerró presta la caja, impidiendo que una de las últimas luces saliera de la misma en vuelo plácido. Sabiéndola apenas vacía se echó a llorar, por la curiosidad anidada en su seno, fabricación cúspide del hábil Héfesto, se habían perdido todos los dones de los Dioses, y por ende, la felicidad del género humano.

Cumplía así, sin saberlo, con el hábil plan trazado en las mentes perversas del crónico Zeus y Hera, la de los brazos blancos.


2- LA LUZ ILUMINA EL CAMINO.

La luz es el camino, el porvenir, lo que te espera: el fuego primigenio, caro regalo del titán Prometeo a sus amados hombres, que le costó el sacrificio caucásico, hasta su liberación por Melkart.

El fuego, la luz, es la vida física. El calor, la energía, la alimentación (con alimentos cocinados) de que quiso privar Zeus a los hombres. También la buena muerte, que acaba con el descanso eterno, negado al éfiro Sísifo, en las lenguas del fuego. Y por supuesto, la luz también representa la vida intelectual y sentimental, la guía íntima de Kurós apolíneo Hélios: Señor de la verdad, la medicina, la curación la belleza y las artes, bienes todos ellos que van de la mano de la luz, ya que sin ella no serían descubiertos.

Todos ellos fueron los primeros en abandonar la caja ante la aterrada mirada de Pandora, que fue incapaz de detener a ninguno de ellos y tan solo la belleza, confundida por la presencia de Eros al lado de Pandora, se quedó al lado de la primigenia mujer.


3- LA FORTUNA HUIDA.

Salió volando después la hija de Juno, cuyas escasas greñas desprestigiaban su hermoso rostro, guiando con los ojos velados el timón de su nave Ocasión. La fortuna que ha sido la más buscada y la menos hallada de las hijas del Olimpo, huía hacia su templo en la julia ciudad.


En su fuga la Fortuna erró y voló al Oeste, más allá de las Columnas Herácleas y las Islas Afortunadas, hasta tierras donde las mujeres la invocaban cambiando aros de plata de una mano a otra a diario, y donde los sacrificios eran comunes, en aras de su abundancia. La fortuna se vio allí satisfecha, y tomo esas remotas tierras como morada, dejando crecer su larga cabellera lejos de aquellos brutos que por crines de equinos la tomaban y poseían al antojo del más fuerte.


4- LA FELICIDAD LOCA DE LOS NIÑOS.

Volaron asimismo las nínfulas del Párnaso, atadas al fauno Pan, de la vajilla liberadas. Los seres báquicos representan la naturaleza en estado puro, incapaces de seguir las rígidas claves de la civilización, y rompiendo todos los convenios formales en aras de su felicidad.

Como los niños, Dionisio y sus seres son incapaces de respetar el sitio de la risa y el placer, que lo inunda todo. Lo que está arriba lo ven abajo, y no conciben el mundo con reglas ni conceptos estrictos: representan la libertad mas profunda del ser humano, su causa y alma primera, vinculada al alma que se pierde cuando el niño deja de serlo y se convierte en hombre.

De esta forma, los hombres perdían su libertad absoluta, y quedaron encadenados a la realidad física y mortal. Tan sólo las Hiades, contemplando un recién nacido y que cercano habían abandonado, se retrasaron dándole de beber de la Ambrosía divina que portaban, y por ello como niño el ser humano recuperó la libertad de su sonrisa.


 

5- LA EVOCACIÓN DEL SUEÑO.

Pasitea fue la última en escapar de la caja, antes de que una Pandora aterrada la cerrar de repente. Con sus alas de plata y luna, retorno con su hijo Morfeo, el principal de los Onyros. Incapaz de llevarse consigo su arsenal de sueños y evocaciones, las repartió por el mundo entre flores y plantas ocultos, para que solamente los iniciados por ella misma pudieran tener y gestionar el poder del sueño, las alucinaciones, los aromas y el bienestar.

Cuando Morfeo fue fulminado por Zeus tras sus revelaciones, Pasitea dejó al fin el poder de los sueños y las evocaciones en manos de los hombres, y murió dulcemente por Tánatos besada.


6- LA ESPERANZA NUNCA SE PIERDE.

La Venganza de Zeus, recolector de nubes, fue consumada y la triste Pandora cerrando de golpe por miedo la caja de su ventura, no dio en ver que dejaba un único don en su prisión mantenido.

Dejando a la joven ninfa Esperanza en su cubículo, arrastraba la incauta a la desesperación y al miedo, todos ellos por Nix domeñados.

Pero, los Olímpicos rabiaron ya que no toda su rabia fue desencadenada, y Epimeteo, consciente de la traición de Pandora, ocultó en lo más profundo de Gea la caja, a la espera de su descubrimiento por parte de los hijos de los hijos de sus hijos. Y así queda oculta en el corazón de cada uno la esperanza de lo imposible, aquello que nos pueda iluminar el camino, cumplir nuestros sueños, darnos fortuna, o simplemente con lo más básico, hacernos felices como niños: la Esperanza es lo último que se pierde.


7-EPILOGO

Hay quién dice que Cécrope Rey de la Hélide, que arbitró entre Poseidón y Atenea por la posesión del Partenón  Ateniense, nacido de Gea, trajo con el la escritura, que enseñó a sus ciudadanos. Este hecho trajo consigo que la escritura fuera el don derivado de la propia esperanza, ya que así los hombres podían evocar sus sueños y anhelos, escribir y pensar en las más absolutas locuras sin dar cuentas a nadie, iluminar con su conocimiento el camino de sus descendientes o advocar a la Fortuna.

Por ello, la esperanza y la nobleza de corazón se materializaron en la lengua escrita y los signos, capaces de conjugar todos los bienes que los dioses les robaron. Cuentan que esta invención fue inspirada por el espíritu de Prometeo, huido del Hades, en su eterno afán de favorecer a sus criaturas. Y fue el gran don que ni poseyeron ni pudieron apropiarse los inmortales hijos de Zeus, vigilante de los juramentos.

El Puente de La Ramallosa

Ponte da Ramallosa (historia sober a lenda orixinal)
 A PONTE DA RAMALLOSA

A noite estaba clara, e as estrelas escintilaban por duplicado: no ceo sen lúa que sen embargo brillaba por mor da claridade que desprendían os propios astros, e no auga estancada na marisma do Miñor, que se formaba coa pleamar e que aínda duraría unhas horas, ate o amencer, cando os paxaros comezasen planear polo lameiro, buscando o seu almorzo.

Pero agora a noite era avanzada, e de cando en cando, extrañamente contrarios a isa noite estreleda e limpa, atoraban ó lonxe claros relumbróns sen ruído, procedentes dalgunha tormenta lexana, e que ameazaban con chegar en curto tempo ata o val. Isa apurou o paso polo camiño empedrado, sabedoira que, de demorarse moito no seu camiño, pronto se vería atrapada pola choiva.

Tiña que chegar a tempo ó alto da Ramallosa, ó inicio do cruce co camiño de Vilariño. Alí tiña a panadería Don Lisandro, amigo de seu pai, que por medio deste deulle traballo á moza para axudar nas tarefas do forno, especialmente pola súa maña en facer empanadas. Alí traballaban máis de sete empregados adicados a facer pan e empanadas durante toda a noite para que, xa polo amencer, levasen os carreteiros os bólos e as empanadas polos pueblos adiante.

Era o forno de don Lisandro un dos mais grandes da comarca, non sen lóxica, xa que o seu pan abastecía case tódalas aldeas dende Vilameán ata A Carrasca e Camos. Tan só tiñan prohibido pasar da ponte de Ramallosa, xa que en Baiona somentes podían facer pan os oficiais do gremio de realengo da vila e os dóces estaban monopolizados polas monxas do convento e por unha familia de pasteleiros que había denantes da fundación do convento, aló por Baredo.

Isa comezou a camiñar mais apresa todavía. O seu traballo no forno comezaba e acababa pola noite, e como somente tiña que traballar as masas, podía marchar un par de horas antes do amencer, xa que eran os oficiais os que manexaban os fornos para darlle ó pan o derradeiro cocido final. Aquel día saíra máis cedo todavía xa que era a festa da Virxe en Priegue, e por iso fixeran bastante menos pezas que decote, xa que moita xente fora á festa a casa da familia, e eles non podían servir naquela zona.



 
Demorara un pedazo a falar co fillo do muiñeiro de Camos, no cruce do camiño, ó que coñecía de servirlles a fariña na panaderia no seu carro tirado por tres mulas, tanta  era a carga que utilizaba Don Lisandro. Era un rapaz loiro e alto, delgado e tristeiro, ó que, sen embargo, se lle acendía un soriso na face ó ver a Isa. Ela cría que o rapaz, de nome Carliños o fareleiro pequeño (pola profesión da familia), lle facía as beiras, pero tamén o vira falar coa súa compañeira a Charela, e como dicía súa nai sempre, “cos homes nunca te has de fiar, porque nunca sabes ben de todo por ónde respiran”.

Arrepentiuse de ser tan lareta co fareleiro, xa que temeu que a tormenta a pillase no camiño. Baixaba a costa que a levaba cara Ramallosa, e aínda tiña que cruza-lo río e atravesar Santa Cristina, ate chegar a casa de seu pai, ó comezo de Sabariz. Era unha boa tirada, e xa comezaban as nubes a ocultar as estrelas brillantes, co que cada vez a custa tornábase máis escura, e polo cal so divisaba Ramallosa coma unhas sombras escuras aló ó fondo. Grazas que a poboación non deixaba de ser un conxunto de casochas dispersas, e que normalmente de cada fiestra pequena saía un fachiño de luz, grazas ó cal íase guiando polo seu camiño.

Aló ó fondo aínda se reflexaban as estrelas que non cubriran as nubes no Miñor, río estreito e pouco fondo que sen embargo, coa recente pleamar, aínda conservaba unha boa enchenta e deixaba escaso marxe para as ribeiras. Polo río arriba, en dirección a Donas, baixaba paseniña una neblina que Isa ben coñecía, e que en minutos faríase unha néboa branca i espesa, típica daquela zona costeira, e que podía desorientar ó camiñante. Isa acelerou o paso, a sabiendas que de quedarse rezagada ía ter que agardar a que amencera para poder guiarse pola espesa néboa, so pena de tropezar ou caer co algún obstáculo, invisibel polo manto branco da brétema.

Xa pasaba Ramallosa i en poucos pasos tomaría a ponte en dirección a Baiona. A ponte era unha peza de pedra maciza i estreita, disque de tempos dos romanos, e que facía non demasiado tempo tiveran que arranxar en común os homes das aldeas, incluído seu pai, por mor dunha crecida que estragara algún dos pilares. A ponte tiña lendas máxicas e datábano de tempo inmemorial, pero sobre todo era a única arteria de comunicación entre as aldeas, e especialmente entre Baiona e Gondomar, as dúas grandes vilas da comarca.

E é que, sen ela, terían que recurrir ós barqueiros, que aínda que seguían funcionando, facíano somentes para cargas excesivas ou meirandes para pasar pola ponte, e cobraban un peaxe excesivo para a mayoría dos petos, que precisaban de vender os excedentes das hortas e da carne da matanza do gando nas feiras das aldeas en derredor para poder pasar sen apuros. Era por iso que non foi complicado por de acordo a tódalas aldeas por parte do Conde, dono e señor das vilas, e os monxes de Oia, patróns da gran mayoría das familias da zona rural. Tódolos veciños colaboraran co seu traballo e as súas mans un bo feixe de horas, sabedores da importancia que a comunicación favorecida polo río tiña para todos eles.

Iso non quitara que, feito o traballo, contaran contos e lendas sober os cimientos da ponte, que ó parecer eran unhas pedras robustas e enormes, imposibles de poñer ahí pola man humana, segundo decían, e otorgaban a ponte orixinal á obra de xigantes prediluvianos, ou tal vez de magos ou deuses pagans. Pero todas estas eran historias contadas á beira do lume e en voz ben baixa, xa que falar disas cousas estaba prohibida por cregos e curas, e aínda que en Baiona, cabeza de partido, a Santa Inquisición  non traballara nunca, sempre se temía que o Santo Oficio tivera orellas en todos lados, coma dicían, e que algún día déralle ó comendador por facer unha diablura como contaban se facía noutras cidades, coma Rivadavia, Curuña, ou Pontevedra. Por iso, como decia Padre, era mellor ter sentido e coidarse de ser un falabarato.

Ía matinando Isa nesas historias de trasgos e meigas, cando oiviu un laiamen ferme e baixo, que se perdía, coma se foran sólidas, nas paredes brancas que rodeaban xa a ponte de Ramallosa, que aínda non comenzara a cruzar. Outro laio sacouna definitivamente de seus pensamentos, aínda que na escuridade da noite, so rota por unha feble luz prateada provinte do auga que atravesaba a ponte, e a espesa bruma que a envolvía con premura.

Tratou de fitar ó lonxe, pensando que viría, quezabeis, o laio dunha persona que o fora a cruzar cunha carga demasiado pesada. Non parecía un grito de auxilio, nin de algo grave, tan so unha queixa amainada que se vía rebotada na néboa fantasmal. Pero un novo laio, acompañado de saloucos e algo de barbulla de mulleres deulle en comprender que os sons non viñan de fronte, senón baixo da ponte.



 
Ai Dios, pensou Isa, e imaxinou a algunha moza coma ela caendo, despistada pola néboa, ponte abaixo. Tal vez mal ferida, aínda que a altura da ponte apenas superaría os cinco ou seis metros, pero os suficientes para mancar unha perna ou, de caer mal, rachar a cabeza. Tratou de ollar cara abaixo, pero non deu de figurar a ninguén por moito que fitaba, tal era a densidade e a escuridade baixo da ponte, oculta a marxe esquerda pola propia sombra da  ponte da luz das pouquísimas estrelas que se puideran supoñer no ceo.

Aplicou a orella para tratar de ouvir mellor, pero a tormenta comezaba a estar cerca e os tronos sofocaban, quizábeis, os xemidos de baixo da ponte. Sentíase na pel a humidade que presaxiaba o orballo da bruma, e Isa dubidou se camiñar baixo da ponte, para confirmar se había ou non algun accidentado, ou ben seguir o camiño para casa, tratando de acortar no posible un camiño no que, caseque seguro, ía mollarse coma as pitas coa súa tardanza.

Non lle deu tempo a decidirse, pois unha voz a chamou de repente, asustándoa.

-Ei rapaza, baixa acó, preciso túa axuda.

Isa sentiu que a voz procedía da marxe oculta polas sombras. A voz que lle falaba era dunha vella, non tiña dúbida, aunque enérxica e parecía acostumada a mandar. Os tronos estaban xa por riba de Baiona, e a bruma comezaba a disiparse, señal inequívoca de que a choiva estaba xa demasiado cerca. Unha brisa con cheiro a sal e húmida coma unha onda de mar confirmoulle esta idea, e as primeiras pingas de orballo caeron sobre os seus beizos. Xa non daría chegado a casa seca, pensou, os arcos da ponte eran un lugar tan como coma outro de resgardarse da choiva.

Mentres cruzaba a ponte, de presa, cara a oscuridade da ribeira esquerda, ía escoitando os saloucos acrecentados, e divisou dúas figuras ó caron da iauga, unha semellaba tumbada cara arriba, e outra agachada ó seu carón. A néboa só deixaba ver os perfís das dúas mulleres, aínsa que ían definido o contorno a cada paso, sexa pola cercanía física, sexa porque a brúma íase desbrozando coa auga que xa, de forma miuda pero seguida, mollaba a capa que usaba para cubrirse.


Primeiro viu a figura medio erguida, e sentiu medo. Era unha muller moi vella, de idade indeterminada, pero semellaba ter case cen anos. Cunha enerxía impropia da súa idade fíxolle un aceno para que se achegara, mentres Isa contemplaba no chao, coas pernas emrgulladas no auga, unha rapaza moi xove, paerturienta, espida de cintura abaixo e que tinguía co seu esforzo en vermello as augas estancas da ponte.

Non chegaba a ver a cara da preñada, pero a face da vella horrorizouna, co rostro cheo de enrugas e cun perfil moi afilado, os beizos deixaban sobrever unha boca sen apenas dentes e uns ollos pequenos, duros e inquisidores. Ven aquí, ordenou a vella, axúdame!.

Pero a mente de Isa xa estaba noutras cousas, lembrando. A ponte, era cousa sabida, era lugar de culto dos demos e trasnos, e contaban que moitas bruxas facían os seus feitizos ali… Unha noite pechada, sen lúa, un parto no medio dun río sen mais axuda que unha vella que a todas trazas semellaba ser unha meiga… 

Un lóstrego iluminou a escena claramente. O sangue tinguía absolutamente todo: as maos da vella, as roupas da moza, o lameiro onde estaban tendidas, o auga que corría cara o mar… Isa non deixou máis tempo pasar: aterrada botou a correr cara a súa casa, estremecida ante a escena que acababa de ver, aínda retumbando na súa cabeza os gritos daquela bruxa que  a chamaba mentres corría por sabariz adiante. Empapada, tremendo, chorando de anguria chegou a casa, onde se secou e tranquilizou, coa compaña e seguridade do seu fogar e as palabras do seu pai, forte e vigoroso, que coa súa espada poderíaa defender de calquera que osase facerlle mal. Durmiu mal, moitos días, con pesadelos e medo no corpo, pero endexamais dixo nada, nin sequera ós seus pais, por medo ás historias que contaran dela, por preocupar a seus pais, e que a tomasen por tola ou moito peor, por enfeitizada.

Os días, meses, pasaron sen que nada novo sucedese e Isa esquenceu. Mantivo un pánico terrible a pasar soa pola ponte de tal forma que o fareleiro pequeño, Carliños, a tivo que acompañar tódolos días ate Sabariz, na súa carreta, dando un longo rodeo de volta para Camos. Así comezou unha pequena historia de amor que acabou en embarazo de Isa, e unha boda rápida na capela de Santa Marta, en Baiona, antes de que o efecto da preñez se vislumbrara no ventre de Isa.
Un ano aproximadamente pasara dende que atopara á bruxa baixo da ponte, da que xa non se sembraba, e únicamente evitaba pasar, con medo, de noite polo mesmo lugar. Sete meses de embarazo e oito vivindo con Carliños, que seguía a traballar de fariñeiro xunto co pai, nunca casa vella da familia de Isa, en Donas, algo alonxada do resto de casas, pero reformada cos axuda da familia do muiñeiro e o que é mais importante, sen custo para o novo matrimonio, que non nadaba na abundancia.

Quedara Isa na casa mentres carliños repartía a fariña, e mantiña a súa costume de panadeira de velar as noites na espera do seu home, que voltaba tralo reparto, na madrugada ben entrada. Estaba a preparar un caldo para que o seu marido ó chegar tivera con qué quentar o corpo despois do frío da madrugada, cando sentiu un golpe na porta.


Ó contrario de extranarse, Isa acudiu a abrir. Facía pouco que escurecera, e quizábeis fora unha veciña para pedirlle algún favor ou laretar con ela, que moitas veces subian algunhas amigas de Donas para falar con ela, dado que co seu estado non estaba para moverse moito.

Pero ó abri-la porta quedou aterecida de medo. Unha vella agardaba no umbral da casa, a escuras, e Isa non precisou que a luz do interior da casa ilumase os rostro para saber que era aquela vella que a chamaba na ponte de Ramallosa, a berros, mentres ela corría desacougada por Sabariz adiante. Isa non foi quén de dicir nada nen sequera foi capaz de berrar, aterrada coma estaba. A vella achegouse a ela fitando para os seus ollos escuros, sen dicir res.

Estaba case pegada a ela, sen chegar a entrar na casa, e seu aspecto era aínda mais terrorífico que na noite de tormenta, a face chea de enrugas, o seu aliento podre, o cabelo sen peitear en hebras grises e sucias. Aquela boca sen dentes soproulle na cara, facéndoa pechar os ollos con medo, mentres sentiu a man da vella, tan so osos e algo de pelexo enrugado, apoiarse no seu ventre. Aterrada e aínda cos ollos sen abrir, deu un golpe na porta e pechouna de repente, dado que o contacto da man da vella provocáralle unha serpe de frío nas costas, mentres sentía náuseas e pánico á vez.

 Quedou de costas suxeitando a porta, coma se aquela vella pudiera tirala cunha forza sobrehumana, coma se realmente fora unha meiga que pudiera facer maxia. E se tal fora… ¿qué lle impediría entrar?. Pensou que todo era unha esaxeración, somentes vira dúas vellas cun ano de diferencia no tempo… ¿acaso non eran todas case iguais chegadas a unha idade?¿non cheiraban todas a mexos?¿non perdían os dentes?.

 Sentiuse algo aliviada e avergoñada polo seu ataque de pánico e cando abriu a porta, ninguén alí atopou.

Poucos días despois, reposta do susto, deu en parir. As veciñas quentaron auga e unha vella de Donas foi chamada para axudar no acontecemento, mentres o pai e outros homes do pueblo e da familia tomaban uns viños na cantina, tal era a tradición: somentes as mulleres tiñan acceso a un acontecemento femenino coma era un parto.

Non foi doado, Isa era unha rapaza nova e ise era seu primeiro embarazo, pero segundo a partera todo fora ben. O neno saíra sen ter que forzalo, e aínda que Isa gritou e sofreu, non foi nada que non pudiera soportar. O silencio derredor súa, co meniño en mans da partera, deulle en conta que algo ía mal. As mulleres fitábana de reollo, coma asustadas, e a partera resistíase a darlle o neno.

Viu ó seu pequeño de esguello, Marcos, pensabanlle poñer, coma o seu avó, o muiñeiro. O fareleiro neto, contaban que o chamaría a xente. Pero o rapaz apenas se movia, tiña un mirar perdido, un ollar extrano, e víase, mellor dito, sentíase que non era normal, que algún defecto parecía ter no seu entendemento a simple vista.

¿Acaso viuche visitar unha vella?, preguntoulle a Charela, a súa compañeira cando traballaba onda Don Lisandro, e que era das que alí estaban a que mais confianza tiña con ela. ¿Coma o sabes? Respondiu Isa, abraiada e aterrorizada de que as mulleres todas parecían saber da súa vida, especialmente daquel episodio que lle custara olvidar. Todas a miraban  cunha mixtura entre asustada, tristeira e comprensiva, pero todas caladas. Ó fin, a vella parteira falou:

-Pero Isa, muller, ¿ninguén te falou nunca das Lurpias?
NOTAS DO AUTOR



  • LURPIA:

A PESAR DE QUE  O USO XENERALIZADO EN GALICIA É COMA MULLER MALVADA, DESPOTA, ENVEXOSA E GOSTOSA DE FACE-LO MAL, O USO PRIMIXENIO É COMA SINÓNIMO DE BRUXA, MOUCHA OU FEITICEIRA.

DE FORMA ESPECIFICA, CÓNTASE QUE AS LURPIAS VISITABAN ÁS MULLERES QUE QUEDABAN SOLAS NA CASA, DISFRAZADAS DE PEDIGÜEÑAS, POBRES OU VELLAS FARRAPENTAS, SOLICITANDO AUGA, ALGO DE COMIDA OU AXUDA. A AQUELAS MULLERES QUE LLES NEGABAN O PEDIDO, DESDEÑÁNDOAS, BOTÁBANLLES UN FEITIZO DE AIRE PARA O SEU ÚTERO, DE TAL FORMA QUE SOÍAN MALPARIR, MORRENDO A NAI OU O FILLO NO PARTO, OU NACENDO O NENO CON GRAVES TARAS FÍSICAS OU PSIQUICAS.



  • LENDA DA PONTE DA RAMALLOSA:

TODO O CONTADO NESTA HISTORIA É INVENTADO, AGÁS A LENDA ORIXINAL. A MULLER QUE PASARE POLA PONTE DA RAMALLOSA, E ATOPE UN PARTO BAIXO DEL DEBE AXUDAR NESTE NACEMENTO SEN FACER PREGUNTAS, SO PENA DE QUEDAR MALDITA E ENFEITIZADA.

ISTES PARTOS BAIXO A PONTE DA RAMALLOSA ERAN BASTANTE NORMAIS, XA QUE EXISTE UN CULTO PREROMANO NA DESEMBOCADURA DO RÍO, E SOÍAN IR ALI A PARIR TRATANDO DE LIMPAR A UN NADO CONCEBIDO EN ADULTERIO, BUSCANDO AXUDA MAXICA PARA UN PARTO DIFICIL, OU TRATANDO DE FAVORECER A BOA ESTRELA DO PEQUEÑO.

FOU UN USO COMUN E EXTENDIDO, SEMPRE COA AXUDA DUNHA PARTEIRA, QUE SOÍA FACER TAMEN DE MEIGA, ATE QUE NA ALTA IDADE MEDIA, A IGREXA CONSIDEROUNA UN USO PAGANO E DE BRUXERÍA, E PERSEGUIUNO ATE QUE QUEDOU APENAS ESQUENCIDO DA MEMORIA COLECTIVA OFICIAL (QUE NON NA POPULAR).

La Cala de las Sirenas

A CALA DAS SEREAS, LENDA DE BAIONA (ORIGINAL)

Contan que o conde de Gondomar tiña un único fillo. Un rapaz de non mais de catorce anos, que convivía co seu pai no castelo de Baiona. Conta a lenda que fitaba, namoriscado o rapaz, dunha das mozas, loira e fermosa, que decote soía tomar baño na praia que chaman dos frades, xa que os pais do mosteiro cercano baixaban a face-las súas lavativas aló.
Sen embargo, pronto os gardas, extranados que poidera entrar rapazada nos areais preto do castelo, viron que aló non aparecía ninguén, aínda que o xove conde aseguraba velas, tódalas mañás, bañandose por entre as pedras. Así cimentou o rapaz a súa fama de tolo, porfiando nisas istorias y mostrandose abertamente namorado dunha nena de ollos coma o mar e cabelo longo e dourado, que ninguén podía ver.

O señor conde, o pai do rapaz, agoniado pola súa loucura, decidiu acudir ós galenos, que aconsellaron reter e encerrar ó xove mozo nunha torre do castelo, para ver se así sanaba das súas ensoñaciós. Pero el segía perxurando ver ás rapazas, todalas mañas, na praia dos frades.




Unha mañá o rapaz desapareceu, escapado da súa prisión. Atoparon as súas roupas na area da praia, mais o xoven conde nunca apareceu. Hai quen dixo que, na súa locura, o mozo lanzouse ó auga e morreu afogado, na procura da súa rapaza de loiros cabelos. Pero os gardas calaron que viron, aquela mañá, unhas rapazas no profundo do mar, rindo e fitando para as praias que deixaban.

Ninguen se atreveu a poñerlles nome, pero dende aquel día está prohibido ir á isa praia antes de que o sol estea alto no ceo, e un cartel co novo nome avisa ó viaxeiro do perigo dise curruncho: a cala das sereas.



O xoven conde non voltou endexamais. Quizábes, feliz para sempre, quedou no fondo do océano con esa serea que lle arrebuñou o corazon. Quizáis morreu no intento de alcanzala, como decían os adultos: serios, realistas e conscientes. Pero dunha cousa estou seguro: o xoven conde perseguiu ate o final o amor e a súa felicidade, contra todas as consecuencias… e iso é un acto heroico.

Cafe Argentino

Café argentino

Saben?. UNa amiga mía, que se llama Fabiola, me ha recomendado escribir algo más cuando estoy alegre, y no siempre cuando mi ánimo decae y estoy por clavarme un cuchillo por las venzas, zas zas, en plan Hara Kiri. Y como hoy no es mal día, y nunca es tarde para comenzar, a ello voy.
 
No sé sus costumbres mañaneras. Las mías, desde que trabajo, pasan inevitablemente por tomar un café a primera hora en alguna de las cafeterías próximas a la oficina. A Fonsagrada es muy prólija en vacas -que no vienen al caso- y cafeterías, por lo que la labor no resulta difícil. Existe el Café Avenida, cuya camarera, una mulata dominicana, guapetona y simpática, tiene la costumbre de poner la cumbia (o el reggeton, o vaya usted a saber qué melodías tropicales) a todo trapo desde las siete de la mañana y te pone el café a ritmo de salsa y bachata, que sinceramente sabe mejor. O el café de Ángeles, que siempre tiene una tortilla de patata reciente y sabrosa, para acompañar la consumisión. O el café Demetrio, serio, moderno y con camareros -dos hermanos simétricos- atentos y profesionales.
 
Pero si he de ser sincero, y aquí creo que lo debo ser, por eso de que este es mi blog y qué tontería es mentirles a ustedes, de todos estos y muchos otros que existen, uno de mis preferidos es un café chiquito y casi oculto en una callejuela próxima al banco. Se trata de una cafetería de dos plantas (por eso de que debió vivir mejores tiempos) y algo destartalada, regentada por un matrimonio de señores argentinos muy mayores: Pepe y María.
 
La estampa es habitual, y no por ello deja de sorprenderme cada mañana. La clientela debe ser escasa, o al menos nula en los momentos en los que voy yo alli, ya que siempre la barra está vacía. El matrimonio desayuna en una mesa en la planta superior (jamás en la barra, extremo este hasta el límite de la falta de respeto en que incurren muchos camareros por estos lares), cuando suelo llegar. Siempre me suele atender María, bajita, rellenita, siempre siempre risueña, que me trata de vos y cuando me pone el café las acompaña de magdalenas, que vigila que me coma, como si fuera mi abuela. A María la conozco más, ya que hemos coincidido por la calle algunas mañanas. Ella va al gimnasio a hacer aerobic para la tercera edad,  o como coño se llame eso, o tai-chi o actividades de estas que la conservan fresca y con muy buena planta a pesar de su avanzada edad. Y quizá ayuden a que ella tenga esa sonrisa siempre en la cara, y esos ojillos traviesos y pequeños que parecen estar siempre brillando.
 
La mayor parte de las veces, cuando llego, la prensa aún no esta comprada y María, siempre solícita, va al kiosko de la esquina a comprarme el Progreso de Lugo para que acompañe mi café con leche con las noticias de la mañana, mientras doy buena cuenta de las magdalenas famosas. En esos casos, Pepe baja a la barra y comparte conmigo algunas conversaciones sobre el tiempo o sobre su salud -que no es tan buena como le gustaría- mientras busca, maldita tecnologia masculla, con el mando de la TDT algo de fútbol; que como a todos los argentinos que conozco es lo que les apasiona. Así, con el sonido de fondo de algun partido de la Premier League inglesa en diferido, que es lo que suelen poner por las mañanas, es como suelo pasar mi primer café del día.
 
Obviamente no les tengo aquí, folio o blog en mano, para comentar la crónica del blackburn Rovers - chelsea del sábado. Mientras desayuno, a veces, les observo entre artículo y artículo del diario. La mayor parte de las veces María regaña a Pepe, y son las únicas veces que la veo sin sonreir. Pepe, viejo, tomáte las pastillas (así, con acento en la é, puro deje rioplatense). No juegues con eso. Dice, solícita. Y Pepe, que es un poco cachondo y un poco sinverguenza, pero que en el fondo sabe que tiene razon, la hace rabiar un poco mientras me guiña un ojo. Pero vieja, ya estoy bien, no me apetecen, o algo por el estilo.
 
Y muchas veces veo como María, que sabe a ciencia cierta (como saben todas las mujeres, que les vamos a hacer caso, sí o si, ya sea nuestra esposa, novia, madre o abuela) que va a ganar esta batalla, coge del cuello de la camisa a Pepe y se lo arregla con dulzura y paciencia mientras Pepe, obediente, coge el vaso de agua y se zampa las pastillas, clop clop, una tras otra y sin protestar.
 
Entonces es cuando Pienso -y envidio- a mi amigo Pepe. Porque al final todo se resume en eso, en mi amigo Pepe. Cuando era joven le llamaban José y era, lo sé porque lo vi en las fotos que tiene en el bar, en alguna de las paredes desconchadas, un joven guapo y espigado, con el pelo negro muy engominado y que según reza un trofeo que tiene encima de la maquina del café, fue el mejor bailarin del tango en Rosario en el 64. Y que cuando era un José joven, delgado, guapo, quizá canalla y simpático, derretiría a las mujeres con su acento y su sonrisa blanquísima, y, casualidades de la vida, se fue a emparejar con María, una niña bajita y mona que sin embargo no relumbraba como su flamente novio porteño. Y aunque mujeres le sobraban, quiero pensar que la escogió a ella, aunque no fuera una mujer imponente, de escándalo,  como aquellas con las que sale bailando en los concursos de tango y en que se muestra orgulloso, imperterrito, ante hembras de quitar el hipo abrazadas a su cuerpo serrano. Quizá por sus ojillos pequeños y risueños, quizá por su boca generosa de labios finos, siempre con la sonrisa en sus labios. Por lo que sea, pero el gran Valentino que era él la escogio a ella.
 
Y hoy…qué quieren que les diga. Pepe hoy resulta un tipo desgarbado, un acianito cascado pero simpático alto, calvo y tripudo. Y ahora es ella, María, la que a su lado resulta impresionante. Una mujer de bandera para su edad, con energia para ir al aerobic por las noches y toda la ternura del mundo para decirle a Pepe cada mañana que se tome las pastillas. Con tanto amor como para reirle las gracias y para limpiarle con afecto la pechera cuando, por los temblores de su muñeca cascada del parquinson, se mancha de café la camiseta. Para mirarlo con amor cuando coge sus gafas y se pone a leer el diario en una mesa del fondo de esa vieja y destartalada cafetería que les dio de comer cuando, esto me lo ha contado el viejo, entre cafe y cafe, vinieron de Argentina con unos pocos pesos y toda la ilusión del mundo a montar un negocio, agotado en el Nuevo Mundo la suerte, la plata, y las esperanzas que se fueron consumiento entre Perones y Kischners. Y que, ahora a punto de jubilarse, les entristece dejar desmoronarse ese sueño destartalado, y por ello apuran los últimos meses de negocio.
 
Y yo me quedo con María, con su ternura para con Pepe. Con  sus gestos de complicidad y amor. Con las miradas que ella le dirige a el. Y los cuidados. Y el cariño. Y maldita sea mi estampa, porque viendolos me pregunto sialguna vez me querrá alguien a mi tanto como para decirme viejo tómate las pastillas, mientras me limpia de la camiseta la enésima mancha del café con leche que derramé, torpe y enfermo. Y yo, que ni bailo el tango, ni soy moreno alto ni guapo, y de canalla lo justo. Y maldigo lo mal repartido que esta el mundo, aunque en el fondo me enternezca y me alegre por Pepe y por María.
 
Y por eso, por las mañanas, les rindo mi tributo sincero tomándome en respetuoso silencio mi desayuno, mientras las horas pasan en contra del viejo Café Argentino, pero a favor de ese amor que ojalá no se acabe nunca…

Cosas voladoras

MIL MARIPOSAS

Los años que pasan me pesan me pesan el alma y la pone a tus pies
si al besarme me diste la vida al marcharte llevaste mi ser
yo pase tanto tiempo intentando fingir ser mas tonto olvidando el ayer
que el amor de mi vida es un pacto, ella me quiere y yo le trato bien.
 
Pero a veces me descubre ordenando veinte veces
los libros, las copas, las cartas, la alcoba..
y sospecha con miedo que está en esta estrofa
y dios sabe cuantos cuentos cuento por disimular.
 
Y es que si yo te recuerdo me paso las horas cantando
mi vida sucede y los días le ceden el paso
al la voz castigada sin voto desde hace ya años
de mi corazon cansado de gritar.
 
Si te bendije el dia en que tu llegaste me gasto la boca en perdime perdon
por las veces que intento besarte mientras beso a quien hoy es mi amor.
Y es que malditos seais los fantamas, jugais con ventaja doleis de verdad
aunque luego os vistais de mentira y por eso nos os pueda tratar.
 
Pero a veces si no mira nadie cerrando los ojos lanzo un beso al aire
y luego suspiro y despacio imagino que alli donde quiera que estes amor mio
aterriza en tus labios y piensas un poco en mi.
 
Y es que si yo te recuerdo me paso las horas cantando
mi vida sucede y los días le ceden el paso
al la voz castigada sin voto desde hace ya años
de mi corazon cansado de gritar
 
Y es que a veces no puedo evitar que se escapen volando
mis mil mariposas que sueñan contigo a diario
mi indulgencia les abre la celda y te besan llorando
si prometen que en segundos volveran
a la realidad…
 

DE RERUM NATURA SIC ILLIADA RES

DE   TERSITES

 
 
Si de héroes quieres cantar, Oh! ciego bardo,
mutilado deshonroso que criticar puedes
con tu verde lengua macilenta y sucia
del cobarde guerrero que una vez fuiste.
 
Si tú pasaste por la guerra, cual Hermes,
con pies alados y sin tocar  nada,
reconocerte no pudo, el filo de la espada,
de poco acostumbrado que era verte en batalla.
 
Y sin embargo, leal a unos,
con tu lengua traicionas a los otros:
sé que tus palabras se oiran en el Hades
y resonarán hasta el fin de los tiempos.
 
Conozco que mi nombre entre burlas
habrá cobrado tu viperina lengua
envidioso entre ellos, que envidiabais,
mi amor y el de Pentesilea.
 
No fue, cierto es, el guerrero
más osado y ardoroso de entre los Aqueos
ni de los Mirmidones áuriga preciado
pero de mi espada pocos se salvaban.
 
Quizá fiero mi rostro, pero bella
era mi alma de puro guerrero
y tantas mujeres admiraron mi torso
todas ellas que a ti te despreciaron.
 
El cabello ralo en mi coronilla
de mi cabeza rapada resultaba oculto
los brazos rudos tatuados
eran pasaporte de Caronte.
 
Mi face fiera repulsiva no resultaba
pues bondad y amor translucian mis ojos
no como los verdes que sacaste a Pentesilea hermosa:
Ojo por ojo! al final recibiste tu castigo de mi mano!
 
No cantes, ciego penoso, de la Illion la pena
sigue si quieres, ensuciando mi nombre,
mi recuerdo será horrífida pena
pero mi presente mucho mas honroso.
 
Athenea, de los aureos ojos,
puso en mi su lechuza y a mi vera
guiaba mi espíritu de estratego
más q a Odiseo y Héctor mi entendedera.
 
Cálleme ya, mis quejas severas
pues será tu voz la que se alce en victoria
no disfrutaras, pues aunque vencieras
mentiras son tus canciones y poemas.
 
Y mas rencor miserable y rastrero
por ser vencido y tan cobarde
llámasme feo y digo vero
pero mi alma te vencerá donde quieras.
 

Soneto XXX

Si arrancarme pudieras, a tu antojo,
del pecho valiente el corazón fiero
que late con amor y desespero
lo abandonarías como a un despojo.
 
Pues de mi no valoras ni mi arrojo
ni el enamorado latir sincero
y ya de tus ojos fríos no espero
nada más que estoque y fundido en rojo.
 
Hallarás mi alma en trance doloroso
no mudará tu mirar glauco y helado
al que por ti no es nada y fue un coloso.
 
Pero pasa volando el tiempo airado;
no podrás quejarte cuando doloso
torne Fortuna tu naipe marcado.
Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el enlace permanente. Editar
Be the first to like this post.

2 Respuestas a Soneto XXX

  1. LAURA dice:
    Me perdí los 29 anteriores??
  2. julio dice:
    EL XXX ERA UN NUMERO REPRESENTATIVO…PERO EN CUALQUIER CASO TE DEBISTE PERDER CASI CIEN… DESDE QUE ESTABA EN EL INSTI ESCRIBIA SONETOS XDXDXD

Las preguntas que le hago a Amor

 Amar con amor… ¿es pagado?.
El cielo es verde y los trinos vanos
de los pájaros, que sobrevuelan asustados
los campos yermos y los páramos
mientras las nubes rugen y amenazan
a los paseantes enamorados.
 
Amor, y más amor ¿es sobrado?.
Una caricia o un beso robado
que exalten el corazon, y desbocado
se lance a amar sin cuidado
el furibundo espíritu alado
a quien no merezca ese regalo.
 
El querer y la locura son hermanos
que a veces se pelean y a las manos
llegan como niños enfrentados
y otras veces, acompañados
uno del otro no se entienden solos
ni son capaces de vivir separados.
 
Amar sin amor, sin miedo a amar,
es un sinsentido devastador
pues sin amor no vive el alma
y sin miedo no arde el fuego
que rompe desgarrador
sus cenizas ya quemadas.
 
Amar para pagar amor.
El mar es rojo y los peces
nadan de sangre asustados.
Los barcos parecen pintados
por la furia de un titán
que el equilibrio quiebra.
 
Sin enamorarse ser amado.
La luna ya se perfila serena
con su capa de oscuridad
todo vuelve a su sitio normal
y se viste de gala el cielo
para acoger el amor en su seno.
 
Amar y ser amado, por siempre,
¿es un sueño sin realidad?.
La Luna escintila entre las estrellas
el cielo oscuro la peina en el mar.
Misterioso el viento me dice
que mis preguntas quedarán sin contestar.
 

CUENTO DE NAVIDAD… para reflexionar

 
El dios Brahma se sentía solo de nuevo. El Universo que habia creado era tan inmenso, y aún a pesar de toda la belleza que había peusto en él, la soledad volvía a introducirse en sus entrañas. Siempre era duro ser un dios supremo, pero en aquel entonces Brahma no tenía otros hijos divinos, y la eternidad se hacía pesada.
 
No existía el concepto del tiempo. No podría deciros si años, décadas o siglos antes, Brahma ya había sentido ese punzante dolor de la soledad. En aquel entonces no se lo había pensado. La omnipresencia y la omnipotencia hacen que muchas veces un Dios Supremo haga las cosas tal y como las siente, sin reflexionar. En aquel entonces Brahma, para no sentirse solo, conformó, de su propio aliento, unos seres, que llamó Aditis (astros). Estos aditis eran hermosos como el propio Brahma, y le dieron luz y felicidad durante un tiempo.
 
Pronto entre los Aditis destacó uno, el más brillante y hermoso, llamado Surias, el Sol, que siempre lideraba al resto de Aditis. Surias era hermoso y fuerte, pero tambien ambicioso y siempre quería mas. Nunca se sentía totalmente a gusto y Brahma sabía que terminaría buscando la llave de la Felicidad. Al final, encontró esa llave y Surias y el resto de Aditis crecieron y se multiplicaron, siguiendo su camino hasta convertirse ellos mismos en esencia divina.
 
Pronto Brahma descubrió que sin los Aditis, volvía a sentirse solo. Pero esta vez temía crear seres tan hermosos y sobre todo, tan ambiciosos como Surias, que llegasen a la LLave de la Felicidad y lo dejaran solo. Esta vez moldeó y dio vida a los seres humanos, hombre y mujeres que en su interior refulgían y eran tan hermosos como los Aditis, o incluso más, ya que los creó con la calidez de su sangre, pero externamente variados e imprefectos, de tal forma que, atados a lo material y cegados de cara a lo espiritual, no pudieran envanecerse con su propia belleza interna.
 
Aún así Brahma no estuvo contento, ya que veía que algunos humanos eran incluso superiores a Surias en ingenio y valor. Su alma brillaba de tal forma que cegaban aún a los mismos Aditis. Además, pronto unos pocos humanos se dieron cuenta de su alma inmortal, y crearon gestos capaces de deslumbrarlos: actos como el amor, el beso, el abrazo, o la sonrisa surgieron en el mundo. Cada día nacía un nuevo acto, impulsado por el alma inmortal de los humanos, y Brahma sabía que tarde o temprano encontrarían la llave de la Felicidad y lo dejarían solo.
 
Pensó entonces Brahma en esconder la Llaev de la Felicidad en lo alto de las montañas Nevadas del Himalaya, pero vio que los hombres habitarían hasta el último recoveco de la Tierra. Pensó esconderla en lo más profundo de los Océanos, pero los peces le dijeron que el hombre dominaría los mares. Trató de esconderla en un lugar remotísimo del Universo por él creado, pero el Futuro le advirtió que el hombre exploraría el espacio…
 
Un día, al despuntar el alba, Brahma se dió cuenta del único sitio donde no buscarían los hombres la Felicidad, y decidió partir la llave. Los pedazos los escondió dentro de los propios humanos, ligados a su alma inmortal. Entonces, con total sabiduría y conciencia, acabó de crear al hombre y la mujer, colocando en su interior la mitad de la llave de la Felicidad, lugar donde nunca serían capaces de encontrarla, salvo en pareja y concibiendo totalmente su propio ser y el de los demás humanos.
Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el enlace permanente. Editar
Be the first to like this post.

Una Respuesta a CUENTO DE NAVIDAD… para reflexionar

  1. Laura dice:
    Muy bonito pero al final Brahma se sentia solo de nuevo, verdad? algunos humanos eran incluso superiores a Surias en ingenio y valor, con lo cual, Brahma debia de seguir teniendo esa sensación de que le faltaba algo (estaba incompleto). Pretendia ser egoista y acabo siendo altruista.

Las preguntas que le hago a Amor

 Amar con amor… ¿es pagado?.
El cielo es verde y los trinos vanos
de los pájaros, que sobrevuelan asustados
los campos yermos y los páramos
mientras las nubes rugen y amenazan
a los paseantes enamorados.
 
Amor, y más amor ¿es sobrado?.
Una caricia o un beso robado
que exalten el corazon, y desbocado
se lance a amar sin cuidado
el furibundo espíritu alado
a quien no merezca ese regalo.
 
El querer y la locura son hermanos
que a veces se pelean y a las manos
llegan como niños enfrentados
y otras veces, acompañados
uno del otro no se entienden solos
ni son capaces de vivir separados.
 
Amar sin amor, sin miedo a amar,
es un sinsentido devastador
pues sin amor no vive el alma
y sin miedo no arde el fuego
que rompe desgarrador
sus cenizas ya quemadas.
 
Amar para pagar amor.
El mar es rojo y los peces
nadan de sangre asustados.
Los barcos parecen pintados
por la furia de un titán
que el equilibrio quiebra.
 
Sin enamorarse ser amado.
La luna ya se perfila serena
con su capa de oscuridad
todo vuelve a su sitio normal
y se viste de gala el cielo
para acoger el amor en su seno.
 
Amar y ser amado, por siempre,
¿es un sueño sin realidad?.
La Luna escintila entre las estrellas
el cielo oscuro la peina en el mar.
Misterioso el viento me dice
que mis preguntas quedarán sin contestar.
 
 
 

Comenzando a publicar con sentido (y consentido)

Camino a ninguna parte

A veces ni mi sombra me sigue
el cielo siempre está gris
y la lluvia encharca mi alma.
 
 
Allá a lo lejos las gaviotas
se pierden en el horizonte
y el aire barre la arena de la playa.
 
 
¿Nunca has sentido en el corazon
un peso que no se va
y una angustia que atrapa?
 
 
El mar borra las huellas
de mis pies en la orilla
caminando sin llegar a ningún sitio.
 
 
Y llegando, te das cuenta,
de que no ha valido la pena
llegar para no alcanzar ningún sitio.
 
 
El sol no sale y la luna vuelve su mirada
hacia otro lado, nunca hacia mi,
y las estrellas solo me cantan cosas tristes.
 
Las sirenas no me cantan
al pasar por las calas de piedra
y siento que el camino no acaba.
 
 
Las angustias impregnan el alma
la luz no me alcanza
y mis pies cada día están más cansados…
 
——————————————————————–
 
 
Serio, como un niño jugando a la guerra,
triste, como un Garfio sin Peter Pan,
solo, como un el cantante en el escenario,
loco, como un pirado en el Carnaval.
 
 
Lejos, como un alma que se evapora,
medio, como el chocolate sin el pan,
harto, como el torero con siete toros,
hundido, como el Titanic en alta mar.
 
 
Rayado, como un disco de vinilo,
perdido, como un turista en Gibraltar,
muerto, como Hamlet en Dinamarca,
vencido, como el Tottenham en Highbury Park.
 
 
Maldito, como el arqueólogo de Tutankamon,
abatido, como un avion de la Guerrra Mundial,
ajado, como un juguete pasado de moda,
funesto, como un enterrador en San sebastián.
 
 
 
Así estoy yo sin ti.
 
 
 
Macabro, como Espronceda en los días grises,
fatal, como un Romeo en el altar,
hastiado, como el lobo tras caperucita,
arisco, así sin más.
 
 
Cadáver, como la novia de Tim Burton,
negro, como una noche sin estrellar,
infausto, como un santo que no perdona,
siniestro, como marilyn Manson sin maquillar.
 
 
 
LLoroso, como un niño sin caramelo,
pulgoso, como un perro sin vacunar,
fatal, como el final de una novela,
derrotado, como el ejército sin general.
 
 
 
Lamentable, como el Sevilla en ciertas tardes,
sombrío, como un parque en tardes de abril,
penoso, como Travolta como bakala,
huraño, como Scrooge en Navidad.
 
 
 
Asi estoy yo sin ti.
 
 
 
 
Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el enlace permanente. Editar
Be the first to like this post.

Una Respuesta a Camino a ninguna parte

  1. LAURA dice:
    Cari de mi cora, no quiero verte triste, ya verás como acaba saliendo el sol en tu playa, y si las sirenas no te cantan te canto yo, ok?
  2. Homenaje a Serrat

    Tu nombre me sabe a sal
     
    Porque te quiero a ti, porque te quiero,
    te regalé mi alma a trozos
    para que los pisaras.
     
    Porque te quiero a ti
    me caí a un abismo oscuro
    para no volver a la luz.
     
    Dejé el mar y el cielo claro
    y me fui a la montaña
    al frio de las nieves.
     
    Me perdí cada día
    en el olor de tu piel
    y ya no me encontré.
     
    Porque te quiero a ti, porque te quiero,
    quise volar con las alas de Ícaro
     hasta el sol.
     
    Porque te quiero a ti
    me quemé sin fuego
    y ardo ahora en cada átomo de mi ser.
     
    Tu nombre me sabe a sal
    a agua clara de la marea
    a arena suave y olas brillantes del mar.
     
    Porque te quiero!
     
    Porque te quiero a ti, porque te quiero,
    supe flotar cuando aún no sabía andar
    y no caerme… hata hoy.
     
    Porque te quise tanto
    aunque estuvieras tan lejos
     sentía a flor de piel tus caricias inventadas.
     
    Porque te quise como nadie
    y te ame como nunca
    y jamás soñarás con algo igual.
     
    Porque que quiero a ti
    me muero cada vez que te pienso
    y resucito a cada palabra tuya.
     
    Tu nombre me sabe al cielo sobre el mar
    a océano puro y siniestro
    a vida, a muerte, a amor sincero.
     
    Porque te quiero!
     
    Porque te quiero a ti, porque te quiero,
    cerré mi alma y no
    la he vuelto a abrir más.
     
    Porque te quiero
    vivo cada segundo como el último
    y no paro de pensarte a ti…
     
    Porque aunque, si te conozco no lo sé,
    porque detrás de la Luna te escondes,
    y yo la robo para regalártela.
     
    Cada historia rompe mi corazón
    y yo lo coso a retazos y parches
    para entregártelo entero.
     
    Tus ojos me llevan perdido
    pozos oscuros donde me caigo
    y volver no quiero de ellos.
     
    Tu nombre me sabe a sal
    a la mañana limpia y fresca
     en que me levanto a faenar.
     
    Porque te quiero a ti, porque te quiero,
    canto esta canción y no quiero
    dejar de cantar.
  3. Adios

    Qué difícil es vivir atento
    sin caer en el intento
    de borrar todas las mareas
    y algun que otro beso.
     
    Complicado y sin aliento
    me quedo en este momento
    en que digo adios a lo que quería
    y me lanzo al vuelo.
     
    Es la vida, caprichosa como yo,
    que me despierta cada día
    con una aventura nueva que me desorbita
    y marea con sus juegos a mi pobre corazon.
     
    Adiós te digo
    y no siento ya lo que te digo
    lo pasado es agua pasada
    y no quiero ni pensar en nada…
     
    Qué dificil es olvidar enteros
    los sentimientos más sinceros
    y amor que siempre tuve
    y siempre rechazaste.
     
    Ocultarse en el cielo
    por las nubes, un momento,
    las estrellas que tanto tiempo
    por el mar me guiaron.
     
    Así es la vida, rencorosa y sin perdón,
    que te guarda altiva
    cada fallo que tuviste y pone en tu camino
    la misma piedra con que lloré.
     
    A Dios le pido
    que deje de ser mi enemigo,
    yo no quiero pero dije lo siento
    y ya no quiero ni saber lo que intento.
     
    Adios he dicho,
    y me siento el peor enemigo
    de este alma que tengo crucificada
    y cada día me hiere sin calma.
     
    Adios.